lunes, 27 de abril de 2015
domingo, 26 de abril de 2015
"La
contaminación por Helmintos y su diseminación en los alimentos pueden dar lugar
a daños en la salud del consumidor. Es un tema que abarca gran importancia en
todos los niveles sociales, porque representa un problema de salud
pública. Además, los helmintos son
gusanos o parásitos que viven dentro o fuera de sus hospederos, alimentándose
de sus nutrientes, algunos tienen uno o más huéspedes. Son animales
invertebrados de cuerpo alargado con simetría bilateral y órganos definidos,
sin extremidades, con reproducción asexuada y en unos casos sexuados, con un
tamaño variable que oscila entre décimas de milímetro a varios metros. Estos helmintos se transmiten mediante huevos expulsados con
las heces humanas, que contaminan el suelo en zonas carentes de un saneamiento
adecuado. Las personas se infectan por la ingestión de huevos o larvas infectantes
que contaminan los alimentos, las manos o los utensilios, o bien por la
penetración en la piel de larvas infectantes presentes en el suelo. Estos
parásitos no se multiplican en el ser humano, por lo que la reinfección se
produce únicamente mediante el contacto con fases infectantes presentes en el
entorno. De acuerdo a lo anterior, el deterioro nutricional ocasionado
por los helmintos transmitidos por el suelo, afecta considerablemente al crecimiento
y al desarrollo físico y en cuanto a los efectos nutricionales, la infestación
por estos helmintos también frena el desarrollo cognitivo y limita el progreso
en la enseñanza. Así mismo, algunas medidas preventivas para combatir la
hemilatasis es el control sanitario de
roedores y la correcta cocción de la carne, la erradicación de la mosca negra o Simulium, evadir el fecalismo en el
suelo, y evitar regar frutas y verduras con aguas negras o contaminadas
con heces fecales."
¿Los Helmintos como Medicina?
Numerosos estudios comienzan a arrojar resultados significativos sobre los beneficios de la terapia con helmintos en algunas enfermedades autoinmunes como el asma, la enfermedad de Crohn o la esclerosis múltiple. Muchos incluso se atreven a afirmar que en algún futuro no muy lejano llegará un día en que todos tomemos ‘suplementos helmínticos’ junto con nuestros ácidos grasos Omega 3 o nuestras vitaminas, como parte de una dieta equilibrada moderna."
Los datos hablan por sí solos. Ensayos realizados en pacientes con enfermedad de Crohn han mostrado que la administración de dosis orales de 2500 huevos del helminto nematodo porcino Trichuris suis cada 3 semanas durante un periodo 6 meses produjo la remisión en un 72% de los casos. Y sin mostrar ningún efecto adverso. Por ahora éste es el helminto más usado, aunque en otros ensayos en pacientes con esclerosis múltiple se están utilizando larvas L3 de Necator Americanus inoculadas en la piel. Pero la lista puede crecer, incluyendo la aplicación en todas aquellas enfermedades autoinmunes o alérgicas dependientes de una hiperrespuesta de linfocitos TH1 como la diabetes mellitus tipo 1, la enfermedad celiaca, o el asma. En principio, este tratamiento no conlleva ningún riesgo para el paciente, que como mucho podrá sufrir una leve anemia, y podrá detener el tratamiento en cualquier momento tomando una sola dosis de un antiparasitario.
Según algunas hipótesis, los helmintos habrían evolucionado junto a nuestra especie durante miles de años, acoplándose y creando tolerancia en nuestro sistema inmune. Esto no sólo permitiría al helminto pasar desapercibido y vivir parasitando el organismo del huésped durante largas temporadas, sino que además produciría una regulación del propio sistema inmune frenándolo e impidiendo la génesis de las enfermedades autoinmunes -enfermedades estas generadas por el ataque de linfocitos y otras estirpes celulares a tejidos del propio organismo-. Si estas hipótesis fueran ciertas, la evolución en común habría creado una interdependencia en ambas especies, y nuestro organismo también saldría beneficiado de la presencia de los helmintos, por lo que, quizás poniéndonos algo extremos, se debiera cambiar el término parasitismo por el de simbiosis para nombrar el tipo de relación hombre-helminto. De hecho, probablemente esto no es tan descabellado, ya que hay quien va un paso más allá y asegura que “en algún futuro no muy lejano, puede llegar un día en que todos tomemos ‘suplementos helmínticos’ junto con nuestros ácidos grasos Omega 3, vitaminas o cualquier otra, como parte de una dieta equilibrada moderna” como aseguran el doctor Zaccone y sus colaboradores del Departamento de Patología de Cambridge, Reino Unido. Puede que suene a ciencia ficción, pero seguro que inicialmente provocó similares reacciones la propuesta de utilizar los, hoy en día tan extendidos, suplementos con probióticos (que consisten realmente en microorganismos vivos que se adicionan a los alimentos).
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